Dominando el espíritu emprendedor

Podría escribir directamente un artículo sobre qué significa para mí tener un espíritu emprendedor pero me gustaría ir un paso más allá. Creo que es más interesante analizar un poco más esta actitud o estado mental, ya que cualquier característica que uno la vea como positiva también se puede tomar como negativa si nos vamos a los extremos. Es ahí donde entra el juego de conocerse y aprender a dominarse.

Voy primero por las definiciones según la RAE:

Emprender: “1. tr. Acometer y comenzar una obra, un negocio, un empeño, especialmente si encierran dificultad o peligro.”
Emprendedor/ra: “1. adj. Que emprende con resolución acciones o empresas innovadoras.”
Emprendimiento: “1. m. Acción y efecto de emprender (‖ acometer una obra).”

Por un lado el verbo se define básicamente como decidirse y comenzar una obra, un negocio o un empeño que tiene dificultades. Por otro lado el adjetivo al hablar de empresas dice innovadoras. No sé por qué menciona innovación cuando el verbo no se refiere particularmente esto.

Me gusta definir al emprendedor como alguien que tiene una idea, se compromete con ella y la lleva a cabo. A mi criterio el resultado debe ser más grande que uno mismo. No necesariamente tomo al emprendedor como alguien que comienza una empresa y es innovadora. El espíritu emprendedor es algo que se debe buscar y cultivar dentro del equipo de cualquier emprendimiento, es el motor que transformará una idea en una realidad.

Voy a comentar las siguientes características que no están necesariamente ordenadas por prioridad y en algunos casos no son simplemente adjetivos sino que formas de pensar, sentirse o hacer las cosas.

Pasión y motivación: Hacer lo que realmente a uno lo apasiona abre las puertas para afrontar de otra forma los desafíos con gran motivación. Se deja de lado la negatividad y se busca constantemente avanzar hacia el objetivo. Por otro lado cuando las cosas no suceden como uno espera puede llevar a grandes desilusiones y desmotivación y aquí es donde se debe complementar con positivismo, perseverancia y resiliencia. La pasión por lo que uno hace es buena pero debe ir acompañada de hechos, información, resultados, etc. que muestren donde la idea está posicionada y hacia dónde va para que no quede simplemente en un ideal.
Perseverancia: Tener constancia y firmeza permite continuar avanzando hasta obtener resultados por más de que en el camino haya indicadores negativos. No debemos bajar los brazos ante la adversidad, tener resiliencia y seguir intentando, tomando en cuenta nueva información y tratando de tomar decisiones diferentes a las anteriores. Intentar sobrepasar un obstáculo sin tener en cuenta nuevas variables o intentando hacer lo mismo que antes, no dará resultados positivos y llevará a frustraciones.
Positivismo: El positivismo nos permite ampliar el rango de posibilidades a la hora de tomar decisiones y accionar. Como mencioné anteriormente siempre debemos balancearlo con la realidad donde uno está parado para lograr una buena comunicación y transparencia con el equipo.
Curiosidad: La curiosidad nos permite cuestionar las cosas y aprender lo desconocido. Sobre todo es importante cuestionar el status quo siempre con el fin de mejorar. Estar cuestionando constantemente (o no hacer las preguntas correctas) con el fin de uno mismo aprender y sin propuestas de mejora es algo que no aporta al emprendimiento por lo que es importante que haya un balance con la propuesta y capacidad de ejecución.
Analítico/a: Tomar decisiones basándonos en sensaciones a veces puede resultar, ya que inconscientemente uno tiene cierta información y variables o la situación es bastante evidente. La realidad es que toda decisión se debería intentar tomar basándose en información porque es un respaldo y por otro lado es una forma objetiva de comunicar y las discusiones de equipo se enriquecen. El problema es estar aferrado constantemente a los datos hasta que todo cierre antes de tomar una decisión, esto lleva a una parálisis por análisis que en cualquier emprendimiento se debe evitar.
Arriesgados/as: Para destacarse a veces hay que tomar decisiones que son arriesgadas o poco comunes. Esto se da tanto por falta de información o por resolver situaciones de forma poco convencional. A mayor riesgo mayor retorno en caso de obtener un resultado positivo. Esto se debe complementar con una toma de decisiones respaldada desde el punto de vista analítico mencionado anteriormente, de lo contrario, a la larga probablemente lleve al fracaso.
Ejecutores/as: Una vez analizada la situación y habiéndose trazado un plan hay que tomar acción y ejecutarlo. Incluso tomar decisiones y ejecutar día a día para alcanzar el objetivo definido. Esta ansiedad por hacer que las cosas pasen a veces puede llevar a que uno mismo quiera tomar al toro por las astas pero es improbable que uno pueda hacer todo por lo que debe saber trabajar en equipo y sobre todo lograr que el equipo en conjunto ejecute. Las iniciativas deben ser justificadas y bien comunicadas para no hacer por hacer.
Gusto por los desafíos: A alguien que le apasiona algo no le da miedo los desafíos que se presentan sino que los enfrenta con gusto sabiendo que al resolverlos logra acercarse un paso más a la meta. El punto es no estar constantemente buscando desafíos o problemas donde no están. Hay que hacerse las preguntas correctas y simplificar los caminos.
Creatividad: Buscar soluciones pensando “fuera de la caja” nos permite sobrepasar desafíos que tal vez mediante soluciones comunes no serían posibles de atravesar. A su vez muchas veces el éxito de un emprendimiento se puede dar gracias a este tipo de iniciativas. Al igual que el punto anterior debemos comprender cuando un problema requiere de un pensamiento lateral y cuando es un problema sencillo de resolver sin necesidad de buscar alternativas más complejas o fuera de lo común.
Trabajo en equipo: Deben saber trabajar en equipo o por lo menos comprender que es poco probable que uno por sus propios medios pueda lograr los objetivos y alcanzar el éxito dentro de un emprendimiento sin un trabajo grupal. No puedo pensar en nada negativo del trabajo en equipo pero creo importante que a veces uno no debe ser “uno más” y debe tomar las riendas. El equipo precisa lineamientos, guías y alguien que lidere aunque sea informalmente para sentirse seguros de los caminos a tomar y de los avances que se van alcanzando.
Proactividad: Una característica clave es anticiparse a ciertas situaciones y tomar decisiones y acciones constantemente. No esperar a que las cosas sucedan para luego decidir qué hacer porque a veces puede ser demasiado tarde. El balance se debe dar con la paciencia en ciertas circunstancias, ya que todo toma su tiempo y hay que saber esperar a resultados u obtener mayor información para no avanzar a la ligera. Llevarse todo por delante a veces es positivo pero puede causar estragos, sobre todo si no se acompaña el ritmo general del equipo y naturalidad del emprendimiento.
Ambición: El deseo de conseguir algo nos permite avanzar casi sin límites. Esto impacta positivamente en varias de las características que mencioné anteriormente y logran resultados que se destaquen. Por otro lado tener la vara tan alta nunca nos deja satisfechos con la situación actual, puede dar ansiedad y frustraciones. Esto se puede contrarrestar con información para comprender el estado, positivismo y perseverancia.
Determinados: Mostrar firmeza y convicción juega un rol esencial en la toma de decisiones. La duda no solamente no nos permite avanzar sino que también transmite incertidumbre dentro de un equipo.

El listado es amplio y seguro hay más indicadores que se pueden considerar, aunque esos cubren en gran parte lo que pienso sobre el espíritu emprendedor. La realidad es que nunca vi a alguien que cumpla con todo el listado y mismo en los emprendedores hay desbalances entre cada una de estas características. Creo que lo importante es crear un equipo de emprendedores que se complementen y logren cumplir todos estos aspectos y más, siempre y cuando sean positivos, para transformarse en un equipo de alto impacto y llevar cualquier emprendimiento al siguiente nivel.